Haciendole esas preguntas que se le hacen a los animales o a los bebes que aparentemente no entienden de qué se les habla, del tipo de "¿Qué querés vos acá?" "¿Otra vez me vas a cagar en una silla?"
Ojo con eso. Puede ocurrir, de pronto, que el pajarillo te coloque una mirada inteligente con un sólo ojo (los pájaros que no son predadores siempre te miran con un sólo ojo) y a continuación ejercite un breve vuelo, durante el cual ¡stup! te cague la silla.
A partir de ahí, el resto de tu vida se consumirá recordando el asunto, y con esa pregunta permanente, interminable, sin respuesta posible: "¿De verdad me habrá entendido el jueputa?"
Insisto, no es bueno arriesgarse a jugar con esas cosas...
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